Muchas veces nos centramos más en la decoración de los ambientes donde pasamos más tiempo despiertos y no nos detenemos a pensar en lo que influye tener un dormitorio agradable donde poder conciliar un sueño relajante y placentero. El salón, la cocina o los baños suelen ser las áreas de la casa donde centramos más esfuerzos a la hora de decorar. Sin embargo, tan importante son las áreas comunes como la habitación donde descansamos durante la noche.
A la hora de decorar el dormitorio, debemos tener en cuenta en varias cosas. Lo primero de todo hacernos una idea del espacio del que disponemos. El tamaño de la cama, de las mesillas de noche, de un mueble cómoda o algún sillón que queramos incluir hay que tenerlo en cuenta a la hora de distribuir los elementos en la habitación.
La cama es el mueble principal y conviene que sea de calidad. Un colchón viscolástico es una buena opción. El tamaño debe ser el adecuado para conseguir un sueño reparador. De la misma manera la iluminación juega un papel fundamental y conviene que, si existe una ventana en la habitación, la cama la situemos en un lateral de la misma. Ni de frente ni de espaldas, ya que la luz podría llegar a molestarnos.
También debemos contemplar el espacio que dejamos para las mesillas laterales, que debería ser de 40cms mínimo.
Respecto al cabecero de la cama, existen muchas opciones que pueden ser interesantes. La opción más clásica sería utilizar un cabecero forrado de tela. En este caso se recomienda que sea en un estampado liso, para que siempre combine con la ropa de cama y con las paredes. Los expertos aconsejan que no sobrepase los 130cms de alto. Otra opción más moderna y novedosa sería poner la pared que corresponde al cabecero de la habitación con cerámicas en 3D que darían una toque diferente y moderno a la habitación.
Si hubiera espacio suficiente se puede colocar un mueble pequeño a los pies de la cama, para utilizarlo como calzador.
El suelo puede ser de pavimento cerámico en imitación a madera, para conseguir un efecto cálido y, a su vez, una calidad superior. Los hay de diferentes tonos y diversos acabados. Esta es una buena opción a largo plazo. En invierno se puede utilizar alfombras pequeñas de lana a los pies de cada lado, a tono con los colores de la habitación.
Y por último, los elementos complementarios como los sofás o cómodas, que si hay espacio suficiente, impregnan el espacio de calidez. Los cojines también pueden ser un complemento perfecto y económico para dar el toque final a un dormitorio ideal.