La decoración del hogar tiene que ir siempre en sintonía con la estación del año en la que nos encontramos. Esto es importante, sobretodo, cuando vivimos en una zona del mundo en que los cambios de estación son tan evidentes. No es lo mismo una decoración u otra dependiendo del clima que estemos soportando ya que los elementos decorativos se nos harán más pesados o más fríos según sea primavera, verano, otoño o invierno.
En nuestro caso, una vez pasado tanto el verano, como el veranillo de San Miguel, vuelven las temperaturas más bajas y por las noches se empieza a echar en falta la manta decorativa del sofá.
Las alfombras de rafia o algodón deberían empezar a dejar paso a las de lana. Los elementos decorativos cobran más protagonismo y se hacen indispensables para imprimir el ambiente cálido y otoñal que necesitamos. Las velas son un claro ejemplo. Tanto las olorosas como las normales pueden ayudar a conseguir este toque otoñal.
Los colores de la naturaleza en esta época del año tienden a amarillos, ocres y marrones y así mismo tienden los colores para la decoración de interiores. Todo se llena de otoño. Los estampados de cojines , colchas y mantas no son una excepción e, incluso, pueden llevar motivos otoñales estampados, como pueden ser hojas caídas en el suelo, campos , animales del bosque, etc.
Es importante no olvidarse del suelo. La madera cobra protagonismo y no debemos olvidar que existen muy buenas soluciones en cerámica imitación madera, que consiguen una mayor durabilidad en el tiempo y que siguen dando ese toque de calidez que la vivienda necesita.
(Fotografía de salón de Porcelanite Dos)