Los planteamientos canónicos de interiorismo tienen elementos muy marcados y de ellos se ramifican gran parte de las variantes a nivel de diseño que pueden verse en el presente. En este punto, el estilo romántico de decoración es parte de estas propuestas originarias. Sin embargo, no mucha gente conoce sus enfoques aunque cada vez cuente con más adeptos alrededor del mundo. ¿Quieres saber cuáles son?
Grandes espacios
Sí amigos/as. El estilo romántico de decoración se constituye por establecer grandes emplazamientos dentro de los interiores. Enormes salas y vestíbulos y techos altos son las primeras referencias que a la gente le vienen a la cabeza pensando en ello. En el centro de Madrid, si os adentráis en edificios de barrios como Malasaña, aún se pueden encontrar viviendas de este estilo.
Materiales
El romanticismo en sí (también a nivel de interiorismo) se fraguó durante la primera mitad del S. XIX como un movimiento que buscaba la belleza por encima de todo. El humanismo y la pasión llevada a la máxima potencia. Por ello, aún se respetan componentes naturales como la madera o procesados como la cerámica para conformar revestimientos o elementos decorativos.
Colores
Históricamente, el estilo romántico de decoración de ha caracterizado por usar colores intensos como el rojo, algunas gamas cromáticas oscuras o el granate. No obstante, durante los últimos tiempos se ha visto renovado por tonos con más vitalidad abriendo la paleta hacia el azul claro, el rosa o el beige.
Estos detalles, unidos a la sobre ornamentación de los muebles y sus formas curvas, hacen que el estilo romántico de decoración sea un planteamiento totalmente reconocible para el público. Más que un estilo, se podría decir que es una personalidad. Va más allá de un gusto estético cualquiera y da igual de qué época se trate; siempre consigue adeptos por todo el mundo. Y tú, ¿Eres romántico/a?