Hay estilos basados en una estética. A menudo, un color, un tono de luz o la claridad de un ambiente acogen planteamientos enteros. En otras ocasiones, una corriente está configurada en base a la reacción que provoca en el usuario. Un buen ejemplo de esto último es el estilo Wabi-Sabi. Este peculiar movimiento de interiorismo realza la tranquilidad de un ambiente y se planifica especialmente para proporcionar paz a los habitantes de un hogar. ¿Quieres conocer sus rasgos más definitorios?

Lo primero que hay que señalar es que el estilo Wabi-Sabi se basa en una filosofía japonesa. Está muy unido a la búsqueda de la belleza aceptando la imperfección, el paso del tiempo y el deterioro como componente romántico.

Materiales

El culto a lo natural se hace patente. Todo tipo de materiales procedentes de la naturaleza son bienvenidos. La madera (sobre todo la madera vieja) o la piedra son componentes de culto para esta visión del interiorismo.

Enfoque

La simplicidad lo es todo. En lo referente a un hogar, la importancia de sentirse bien difiere de tener que recargarlo todo. El estilo Wabi-Sabi valora muchísimo el orden y el gusto en conformar un espacio elegante por sí solo. Por ello confían en que las paredes no muestren ornamentos. La calidad de sus revestimientos, sus colores, así como sus texturas forman parte de su enigmático hechizo. Lo auténtico prevalece. Por ello, el paso del tiempo constituye una cualidad. No importa que los elementos preserven un aspecto nuevo. Lo que realmente importa es que, cuando el usuario entre en su hogar, encuentre su templo.

De este modo, el estilo Wabi-Sabi es una tendencia que está muy en boga en la actualidad. Una corriente con muchísima personalidad que muestra la importancia del ambiente. Se aleja de aquellos planteamientos con líneas muy marcadas sobre color y mobiliario y va más allá. Sin duda, dará mucho que hablar durante esta década y a buen seguro veremos multitud de transformaciones de esta línea de interiorismo.