Cuando decidimos decorar nuestra casa siempre pensamos en áreas como el salón, el baño, la cocina o la terraza. Sin embargo, nunca nos paramos a pensar en áreas tan transitadas como el pasillo o el recibidor, que terminan siendo las grandes olvidadas.
¿Qué hacer si tenemos un recibidor pequeño o un pasillo corto? Aquí te damos algunos consejos que pueden ayudar a darle un aire nuevo a esas zonas a las que dedicamos menos tiempo pero que son igual de importantes que el resto de estancias del hogar.
Dependiendo de si tus gustos son clásicos o modernos la decoración de tu recibidor o pasillo también variará . Si tu casa es de las primeras, es conveniente que la distribución sea ordenada. Líneas rectas y colores en armonía sería la base de un recibidor y un pasillo clásicos. La gama de colores deberá ir con el resto de la casa, siempre y cuando ésta sea en colores claros . De no ser así y si el salón, baños o cocina están pintados en colores oscuros, sería buena idea dulcificar el pasillo y el recibidor. Esto no solamente daría un aire más intimo a estas estancias, sino que imprimiría amplitud, consiguiendo que el espacio fuera más grande visualmente. Colocar un espejo en el recibidor también puede ayudaros a dar profundidad al lugar y conseguir más luminosidad.
Los muebles deberán estar colocados en el centro de la pared en la que se apoyan. Si tenéis varias esculturas o cuadros, es conveniente repartirlos de forma simétrica y dejar algo de espacio entre uno y otro para no resultar recargado.
Si vuestro estilo es moderno en vez de clásico, es importante no introducir elementos grandes e intentar darle un aire minimalista con piezas funcionales y líneas rectas. Mantener un recibidor despejado es clave, resolviendo las necesidades de almacenaje con un solo mueble en lugar de con varios auxiliares.
En recibidores pequeños la mejor solución es concentrar la decoración en las paredes. En este caso, se pueden utilizar cerámicas y no solo papel pintado o pintura.
Aunque es importante que elijamos materiales y complementos acogedores para que tampoco tengamos un recibidor frío e impersonal.
(Fotografía de recibior de Porcelanite Dos)