Los espacios abiertos en el hogar están de moda por diversas razones: ayudan a crear sensación de amplitud, diseño actual, funcionalidad, etc. Pero es cierto que la privacidad queda en el aire y la realidad es que hay días en los que necesitamos tener nuestro momento de intimidad, donde conseguir relajarnos y volver a conectar con nuestro yo. Por ello, una de las opciones ideales para equilibrar ambos estilos es elegir puertas correderas.
Ventajas de las puertas correderas frente a convencionales
- Ahorran espacio: es una realidad que este tipo de puertas requiere de menos metros cuadrados, al no tener que abrirse hacia el lateral. De esta manera, es posible aprovechar las paredes situadas cerca de las puertas, algo que no podría hacerse si elegimos una puerta convencional.
- Mayor luminosidad: existen infinidad de modelos en puertas correderas. Las de cristal, además de dar un toque actual al hogar, también favorece la continuidad visual en el hogar y aporta más luz a las estancias.
- Aporta estilo a tu casa: además de ser más funcionales que las puertas abatibles, otorgan un toque de elegancia en el hogar, ya que existe infinidad de modelos que se adaptarán a la personalidad de tus estancias. Además, es posible usarlas como parte de la decoración, ya que puedes decidir instalarlas por el exterior de la pared o en su interior, con los rodamientos y herrajes escondidos.
- Aportan continuidad visual: las puertas correderas pasan prácticamente inadvertidas cuando no están desplazadas, por ello, conseguirás tener espacios abiertos en tu hogar. Las estancias estarán fusionadas, consiguiendo el efecto visual de amplitud que nos encanta. Por supuesto, dispondrás de privacidad cuando lo desees únicamente desplazando la puerta.
Las puertas correderas son el elemento ideal para cualquier hogar, pues te permite disponer de espacios abiertos, ofreciendo la opción de cerrarlos siempre que lo desees sin perder ni un metro de capacidad. Existe una amplia variedad de modelos, pudiendo combinar en función de tus estancias y el estilo de tu casa. ¿Y tú, qué prefieres?