Dentro de los distintos planteamientos que durante los últimos tiempos el mundo del interiorismo ha venido sorprendiendo al público, cabría mencionar algunas grandes apuestas por la simplicidad traducida en elegancia y minimalismo. Existen muchos estilos que comprenden enfoques explicados durante este siglo. Tantos, que incluso a veces algunos de ellos se mezclan. Es el caso del estilo japandi que combina la frialdad cristalina del estilo escandinavo y la mesura japonesa. ¿Cuáles son sus claves fundamentales?
Seguramente, cuando imaginan la mezcla de estos dos estilos fundidos en el estilo Japandi, les vendrá a la mente algunas de las aportaciones de ambos. Esos colores del interiorismo escandinavo entre el frío y el negro. Ese gusto japonés por la artesanía, por lo simple, por lo orgánico y esencial. Pues bien, todos estos conceptos casan a la perfección.
Una mezcla compacta
Ambas estéticas llegan a grandes acuerdos plasmados en el estilo Japandi. Por un lado, no son para nada planteamientos recargados. El Japandi es una propuesta simple, sin demasiados adornos decorativos basados especialmente en la composición de ambientes que puedan crear una sensación armónica. En este punto, colores como diversos rosas, azules o verdes comparten protagonismo con tonos fríos y algunas modalidades cálidas que puedan imitar a las gamas cromáticas que pueden verse en la naturaleza. Este último concepto cobra mucha fuerza también en los materiales. De este modo, pueden verse elementos de piedra, cerámica, madera clara o bambú en muchas estancias que propongan este estilo.
Así pues, como pueden observar, el estilo Japandi está más en boga que nunca. Y es que estamos en un momento en el que el modernismo pasa por lo natural, por lo orgánico. Y más si tenemos en cuenta que la globalización del conocimiento a todos los niveles hace que, también en interiorismo, se establezcan conjunciones sorprendentes como esta.