Cuando has comprado una casa nueva o has decidido renovar el piso en el que vives, seguro que te has planteado qué tipo de pavimento quieres que componga tu superficie. En concreto nos detendremos en tres opciones: Madera, tarima flotante o laminado. Cada una de estas tipologías de suelos tiene sus ventajas. En comparación resulta complicado a veces seleccionar cuál es el que mejor convendrá a tus preferencias y presupuestos. Por ello, hoy arrojaremos algo de luz en esta cuestión.
¿Madera o tarima flotante?
La madera es uno de los materiales más populares para los suelos, ¡y con razón! La madera es extremadamente dura. Por eso es un material tan duradero. La dureza de la madera hace que pueda resistir el desgaste de la vida cotidiana con facilidad, sin dejar de tener un buen aspecto. También un excelente aislante, lo que significa que ayuda a mantener la casa fresca en verano y caliente en invierno. Esto hace que sea ideal para su uso en áreas donde la fluctuación de la temperatura es común, como los baños o las cocinas. También es un buen aislante eléctrico. En cuanto a la tarima flotante, sus características positivas son de sobra conocidas: Son fáciles de instalar y tienen una buena resistencia. También a la hora de realizar labores de limpieza son uno de los tipos de pavimentos más agradecidos. Y por supuesto, si atendemos al precio, está claro que sus prestaciones son envidiables.
A partir de ahí, encontramos otros tipos de pavimentos como el parquet. Muy demandado y también con ventajas. Que también es muy resistente y aporta estabilidad a la superficie. Sin duda, a la hora de reformar las superficies de tu hogar y teniendo un presupuesto definido, podremos ayudarte en nuestras instalaciones de Ávila y Navas del Rey a encontrar tu mejor opción. Contacta con nosotros.