Continuamos explicando cómo debemos tener un bonsai sano. Si en el anterior artículo hablábamos de las plagas que pueden dañar a nuestro árbol, ahora descubriremos cómo debemos regarlo. Es importante hacerlo de manera adecuada, pues evitaremos que nuestro bonsai se pudra o dañe por el exceso de agua.
El primer paso es regarlo por encima una vez, para que la humedad comience a abrir la tierra. Después continuaremos añadiendo agua hasta que salga por el drenaje. Jamás dejes la bandeja del bonsai con agua porque acabará pudriéndose. Los bonsáis no necesitan estar mojados constantemente.
Si lo que desea es regar, no utilice pulverizadores, ya que únicamente sirven para quitar el polvo o aportar algo de humedad a la planta. Pulverizar nuestro bonsai es útil para limpiar y sanear, debido a que, si está en interior, no recibe el rocío de la mañana o la lluvia, por lo que sus hojas acumulan polvo, sobre todo en ambientes secos. Si el bonsai está en exterior, no será necesario realizar pulverizaciones. Para limpiar las hojas, necesitaremos hacerlo una vez a la semana, a poder ser al atardecer, y nunca a pleno sol. Tampoco debemos regarla en este momento del día, pues la planta podría dañarse. Lo ideal es pulverizar con agua de lluvia, pues si lo hacemos con agua corriente que tenga alto contenido en cal, acabaremos manchando las hojas del bonsai y estropeando su aspecto. Hay que hacerlo en dos direcciones, de arriba abajo y, posteriormente, de abajo a arriba para asegurarnos que todo el árbol queda mojado.
Por supuesto, no olvides abonar tu árbol, pero no lo hagas en invierno ni en verano. La manera correcta es hacerlo habitualmente en las épocas permitidas y con poca cantidad de producto.
Si sigues estos consejos, mantendrás tu bonsai sano y lo verás crecer por muchos años, en tu jardín o en el interior de tu hogar.